¿Quién miente?


¡Que entre mentirosos te veas!

La "revolución bonita", como la cubana, ha generado una inmensa "industria de la oposición" que se aprovecha de los adelantos de la comunicación social universal por la vía de esa magia que produce La Internet.  Diversas plataformas como YouTube y Rumble, entre muchas otras, remuneran a los llamados "influencers" tomando en cuenta la cantidad de "visitas" que reciben sus publicaciones virtuales.  En tal sentido, esos personajes absolutamente indeseables, buscan la manera de "vender humo" (o esperanzas) a travez de sus llamados "contenidos".

La "venta de humo" para generar falsas esperanzas, es una de las grandes herramientas a las cuales les echa mano esa catarata de sinvergüenzas, quienes a costa del más miserable engaño, incrementan seguidores y generan mucho, muchísimo dinero fácil.


Pero no solamente se lucran los "vendedores de humo", existen los "opositores" que se prestan para generar ilusión mientras ayudan a atornillarse a los tiranos más infausto y genocidas, como es el caso actual del "ingeniero" Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez, también conocido ya como "Juancito Trucupey", un individuo entrenado como carterista en las líneas de autobuses del Litoral Central, donde operaba.   Hace muy poco, apenas unas semanas, Trucupey estuvo estafando a los pobres, infelices y nobles venezolanos que pululan por el sur de La Florida y a otros que se echaron un largo viaje para estar presentes en el magno evento que se anunció y que se llevó a cabo en los primeros días del pasado mes de febrero en un prestigioso hotel de la ciudad de Miami.

De ese evento, la policía federal de Estados Unidos que dice combatir el terrorismo, me sacó impidiéndome cubrir la participación del carterista mayor, aunque sí dejaron entrar al "Agente Otto", connotado espía del régimen de los Castro, quien - como muchos - ahora se hace pasar por opositor infiltrando a todos los movimientos y timbiriches anticastristas que todavía operan en Estados Unidos y otras partes del continente americano y europeo.


En adición a los "vendedores de humo" y a los falsos opositores, también existen individuos que exacerban el desprecio que muchos experimentan contra los regimenes tiránicos e, incluso, contra esos falsos opositores.  Esos "también-influencers" (quienes conjuntamente con los otros le ruegan a Dios que las tiranías cubana y venezolana no sean defenestradas para ellos seguir en "la manguangua comunicacional" agarrando mangos bajitos y comiendo cochino del bueno) se llevan una buena tajada de la fulana industria y, como los del lado contrario, piden contribuciones en Patreon y solicitan el seguimiento de aquellos quienes se sintonizan con sus "narrativas".

En nuestro primer video de hoy, vimos al periodista venezolano - Casto Ocando - generar una buena cantidad de esperanzas ayudado por uno de los grandes "vendedores de humo" de la industria opositora venezolana: "El Ciudadano" (Leopoldo Catillo), quien si tuviera un dólar por cada vez que se ha equivocado o ha divulgado falcedades, sería más rico que Bill Gates, Elon Musk y que Jeff Bezos: ¡juntos!

Por cierto, a "El Ciudadano" le envié - el 16 de diciembre de 2002 - una carta abierta que se hiciera viral tanto en Venezuela como en el exterior: ¡la cual jamás me contestó!


En este último video de abajo, Napoleón Bravo - otro "influencer" que no se queda atrás dentro de la industria de la oposición - entrevista a Mike Vigil, quien fuera jefe de operaciones internacionales de la DEA, quien está desmintiendo todo lo que nuestro amigo Ocando le dijo a "El Ciudadano".  Vamos a ver quién de los dos miente.  El tiempo no perdona.


Miami 27 de marzo de 2020





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