¡Estoy desesperado!

 


"Robert: ¡estoy desesperado!  Pedí asilo en 2010 luego de haber estado dos años preso en "La Tumba" por guarimbero.  Durante todos estos años me han renovado varias veces mi permiso de trabajo, pero no me habían llamado para la famosa entrevista hasta hace unas semanas, tras la cual me enviaron a corte alegando que mi caso no tenía fuerza.  A lo largo de estos años monté un negocio en Spokane con más de once empleados, todos estadounidenses.  Sé que tú viviste en esta ciudad del estado de Washington porque uno de mis mejores clientes es Ernie Peña, un venezolano a quien tú le cambiaste la vida."


"Por favor, Robert: ¡ayúdame!  Hace tres años nos nació un niño en este país.  Hemos echado raíces aquí y no pensamos regresar a Venezuela así sea libre, como tampoco pensamos salir de Estados Unidos como no sea, en un futuro, para hacer turismo.  Sin embargo, ya no tenemos pasaporte vigente porque los nuestros se vencieron.  La opción de regresar a Venezuela no existe porque ya conocí la tortura.  Mis hijos han crecido en este gran país y hasta nos ha nacido un hijo estadounidense.

En nuestra desesperación hemos pensado en cruzar la frontera hacia Canadá, que nos queda a menos de tres horas por carretera, pero no sabemos si al llegar a ella nos dejarán entrar o nos regresarán a Estados Unidos y de ser así, no sabemos si nos dejarán entrar nuevamente a este país.  No tienes idea del drama que afrontamos.  Todos pusimos nuestras esperanzas en Donald Trump, aunque no pudimos votar por él, claro.  Vimos cómo Biden llenó a Estados Unidos de indeseables venezolanos, pero eso no se aplica a la gran mayoría de nosotros en este país.  Entiendo que algo parecido sucedió cuando Carter en lo que se llamó la Crisis del Mariel... pero eso no se aplica a la inmensa mayoría de los venezolanos que hemos soñado con comenzar una nueva vida en este país de libertades y oportunidades.  Por favor, Robert: ¡ayúdanos!"

Amigo, me has roto el corazón en mil pedazos con tu nota.  No sabes lo mucho que me ha afectado leerla, sobre todo porque no está en mis posibilidades hacer algo por ti, por tus hijos, por ese nuevo "americano" que te nació y sobre todo: ¡por tu familia!

Mi HERMANO "Ernie" te habrá comentado de mí, pero debes ubicarme en 1976: ¡hace casi medio siglo!  Mucha agua ha pasado por debajo del puente de Estados Unidos y del mundo desde entonces.

Cuando envié a Hernando - "Ernie" - Peña (junto a más de un centenar de jóvenes venezolanos de los más bajos estratos sociales de Venezuela) a Estados Unidos, la idea era que conocieran las bondades de un país totalmente libre, amigo de la América hispana.  Todos fueron ubicados en casas de familias trabajadoras estadounidenses de clase media.  No todos se aprovecharon del programa que llevamos a cabo con la ayuda del Departamento de Estado de Estados Unidos de entonces, como fue el caso de tu amigo y cliente "Ernie".  A Dios gracias pudimos generar "milagros" en varias decenas de ellos y eso me confortó inmensamente, porque tanto Venezuela como Estados Unidos de América también cambiaron mi vida para bien. 

Sin embargo, amigo y compatriota adoptivo (cuyo nombre no revelaré), me temo que nada puedo hacer por ti y por tu familia hoy, porque Estados Unidos no es el mismo país en el que viví mi adolescencia y parte de mis años universitarios.  Es un país diferente modificado por las circunstancias universales. 

Si me autorizas, podría enviar esta nota con tus datos a los pocos personajes con ciertos "contactos" al más alto nivel con quienes he mantenido cierta relación desde que llegué como refugiado en 2004, pero no puedo prometerte resultado alguno y, sobre todo, no puedo sugerirte esperanza alguna. 

Desde que llegamos a Estados Unidos en 2004, luego de la 1ra Guarimba, hemos visitado Canadá en dos oportunidades, una de ellas por la frontera con Washington State, a pocas millas de Spokane: 


Canadá es un gran país.  Desde que viví en Deer Park (Washington State). cerca de Spokane, solíamos visitarla a menudo sin necesidad de pasaportes.  Pero es también otro país que ha cambiado desde 1965 cuando lo visité por carretera por primera vez.  Infiero que no están muy a gusto con los acontecimientos recientes en cuanto a las relaciones con Estados Unidos. 


Si en algo te puedo asesorar (aunque no soy abogado), te puedo sugerir que no te guíes por impulsos emotivos y no tomes una determinación a menos que tengas todos los elementos necesarios para evitar empeorar tu situación migratoria. 

No soy creyente, amigo, pero entiendo que muchos que sí lo son aseguran que Dios actúa de manera misteriosa.  Si tienes fe en ese poder Divino... espera un poco porque tal vez la solución a tu terrible problema familiar esté a la vuelta de la esquina. 

Dejo abierta una ventana para que continúes escribiéndome... si eso te produce tranquilidad y paz espiritual.  Tal vez la próxima vez que nos comuniquemos te pueda dar una esperanza.  Mientras tanto quedo de ti atentamente, 

Robert Alonso 

Miami 27 de diciembre de 2025




El artículo de hoy les llega a Uds. gracias a los siguientes libros: