La MariCori de 2018



No existe un solo analista político (o de otras áreas) en este golpeado planeta dueño de TODA información. Los analistas trabajan en base a los escenarios, intuición, experiencia y conocimiento del área específica que se esté analizando. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de la llamada “Plandemia”. Un analista se pudo haber basado en el conocimiento de las personas involucradas en “resolver” la supuesta pandemia: Bill Gates, el Dr. Fauci, George Soros, Ted Turner, entre muchos otros. Ninguno de los arriba mencionados merece confianza, por consiguiente, todas las “luces rojas” de los analistas bien informados: ¡se prenden! 


Tomemos como ejemplo al jamás bien ponderado Bill Gates. En el año 2010, en su tristemente-famosa conferencia sobre eugenesia y despoblación mundial, aseguró que a través de “nuevas vacunas” (entre otros procedimientos altamente cuestionables), se podría reducir la población del planeta Tierra entre un 10 a un 15%: un buen ejemplo como para comenzar a investigar con la finalidad de emitir un acertado análisis sobre la “Plandemia” y las “bakunas”. 

Luego se van sumando elementos y evidencias circunstanciales como la del presidente de la Pfizer, el veterinario Albert Bourla, quien aseguró no haberse “vacunado”. Lo mismo que el oncólogo e inmunólogo Ugur Sahin, quien en compañía de su esposa y socia, Özlen Türeci – fundadores de BioNTech a través de la cual desarrollaron para Pfizer las “vacunas” “contra” el COVID – no se “vacunaron”. De ahí seguimos con mandatarios como el entonces-presidente de Colombia Iván Duque y la vicepresidente de EE.UU: Kamala Harris, entre un nutrido grupo de mandatarios a nivel global. 

Un analista no tendría que ser médico o científico para llegar a análisis concluyentes sobre las supuestas vacunas (experimentales) y contaría con sólidas bases para alertar sobre la decisión de inocular una sustancia que pudiera contribuir a la eliminación física de un porcentaje importante de los “vacunados”.

De igual manera, un analista político en el escenario venezolano no tendría que poseer todos los elementos para llegar a la conclusión en cuanto a que las llamadas “primarias” a llevarse a cabo, supuestamente, el 22 de octubre de 2023, forman parte de una farsa orquestada desde los más altos peldaños del régimen que impera en Venezuela. 

Basta estar consciente de que el régimen imperante en la patria de Bolívar es una tiranía narco-castroestalinista, para asegurar que una maroma que pudiera defenestrar del poder a sus principales actores jamás podría permitirse… a menos que se hayan emitido “licencias de oposición”. La permisividad con la cual el régimen ha actuado frente a la mayor exponente “opositora” – María Corina Machado – no produce otra cosa que una gran confusión. “¿Cómo así?”, se preguntaría un colombiano.

El escenario de confusiones se incrementa cuando vemos que La MariCori (también conocida por el remoquete de “María Corina Machado Parisca”) está inhabilitada políticamente. Cualquiera podría preguntarse cómo una persona inhabilitada políticamente en Venezuela invierte esfuerzos y grandes sumas de dinero en insistir participar en una contienda política-electoral cuando no está habilitada para tal competencia. 

Surgen muchas preguntas, entre las cuales podríamos incluir: ¿qué busca La MariCori? ¿Por qué el régimen de los Castro en Venezuela permite tanta libertad de “exposición opositora”? A menos que uno esté en el “inside”, sería imposible inicialmente responder adecuadamente. Sin embargo, todas las luces rojas se han prendido, sobre todo cuando hemos venido escuchando a La MariCori advertir sobre esos procesos electorales en Venezuela y ahora los promueve con vehemencia. 

 

¿Está o no está La MariCori en contra de esos procesos, a todas luces fraudulentos? Hemos publicado ya varios ejemplos que distorsionan el panorama. Unas veces promueve la vía electoral y otras: ¡alerta sobre el carácter fraudulento de esa opción! 

                                        * Dime Con Quién Andas 
                                        * La Donna é Mobile 
                                        * La MariCori de 2020
                                        * Fila de Mariches

En 2018, según hemos escuchado en el video de arriba, La MariCori calificaba a las elecciones convocadas entonces por Maduro como de “narcofraude”, lo que cabría preguntarnos hoy: ¿y las convocadas ahora por ella NO LO SON y no lo serán en 2024? El panorama se le está aclarando a la tiranía narco-castroestalinista de Venezuela, razón por lo cual deberíamos concluir que si antes la impunidad para el fraude era amplia, ahora sería: ¡absoluta! 



¡Ah! Pero hoy 17 de octubre de 2023 nos desayunamos con una noticia que pudiera explicarlo todo. La misma fue generada basada en “Las Negociaciones de Barbados” entre “la oposición” y el régimen de los Castro en Venezuela, con la NECESARIA participación de quienes manejan al zocotroco de Joe Biden en Estados Unidos. 

Se va evidenciando que para justificar una “normalización” de las relaciones bilaterales, Venezuela–EE.UU., se requiere del permiso “por parte” de Maduro para las fulanas “primarias” y, más adelante, para las “adecuadas” y “transparentes” elecciones presidenciales de 2024 y, entre otras cosas, la liberación de los presos políticos y la “habilitación” de los “contrincantes deshabilitados”. A cambio, el gobierno “de” Biden liberaría las sanciones económicas en contra del régimen que impera en Venezuela. El panorama se va aclarando parcialmente. 

De ser ciertas estas suposiciones analíticas, promover y participar en los procesos electorales en puerta, como “las primarias” y las “elecciones” presidenciales de 2024, es un acto de contubernio entre los promotores y participantes y los regímenes “americano” y venezolano. 

Miami 17 de octubre de 2023 

Robert Alonso



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