Toronado II


Habíamos llegado a Venezuela por primera vez en septiembre de 1961.  Nuestro padre tenía 42 años; nuestra madre 9 años menos: 33.  Mi hermano Ricardo 13, mi hermana María Conchita (*) 6 y yo 11.


La Familia Alonso-Bustillo recién llegada a Venezuela en 1961

* En Wikipedia erroneamente se informa que mi hermana nació en 1957.  De haber nacido en ese año, no pudo haber pasado con su familia las vacaciones del Varadero de 1957.


María Conchita en las vacaciones de 1957 en Varadero con "Los Chichos" al fondo

Según nuestra madre solamente íbamos a Venezuela a pasar unas cortas vacaciones, algo que fue dificil de digerir tomando en cuenta las 13 maletas que llevábamos en el carro y "Chato", nuestro pequinés que jamás viajaba con nosotros: 


Nuestro pequinés "Chato" - Murió de 15 años en la Urb. El Bosque de Caracas
en su exilio de Venezuela

Luego estaban el ensañamiento de nuestro padre en contra de "Korea"; los regalos de muebles, televisores y la nevera entre los empleados y amistades.  Estaba el llanto incontrolable de Sofía Montero, quien había cuidado a nuestra hermana desde el mismo día en que ella nació el 29 de junio de 1955.

Lugares importantes de Cienfuegos

Hasta entonces, con la excepción de un fin de semana que pasamos en Mayajigua a unas tres horas de Cienfuegos donde mis padres pasaron su Luna de Miel en 1945, las vacaciones siempre las pasábamos en "Los Chichos", la casa de Varadero


Fin de semana en Mayajigua con mis padre y mi hermano Ricardo

La ruta de Cienfuegos a Varadero nos la sabíamos de memoria y la íbamos recitando por el camino.  Salíamos de Punta Gorda (nuestra urbanización) y doblábamos a la derecha (hacia el norte) en Aguada de Pasajeros (a 1 hora de camino) buscando la Carretera Central , construída por el Gral. Gerardo Machado entre 1927 y 1931, terminándola 2 años antes de su derrocamiento el 12 de agosto de 1933.


En Aguada de Pasajeros doblábamos a la derecha rumbo al norte y a otra hora de camino llegábamos a Colón donde nuestro padre doblaba a la izquierda y se montaban en la Carretera Central.  En Colón vivía un chino que hacia una  "katanasfabulosas (papalotes o papagallos).  Era una tradición familiar el pararnos donde el chino y comprarle unas cuantas katanas para volarlas en Varadero, donde el viento del norte soplaba fuerte. 


Una vez en la Carretera Central, pasábamos por los pueblitos de Perico y Jovellanos, para doblar a la derecha en Coliseo rumbo a Cárdenas, donde mi futuro suegro Joffre Etcheverry había nacido un 11 dic 1915, muriendo en su exilio de Caracas el 8 de diciembre de 2008: sin jamás haber regresado a Cuba.  Mi futura suegra, Siomara Martín de Etcheverry, solía asegurar que los afrocubanos tintos-retintos a quienes les brillaba la piel negra, eran los sanos.  Ella solamente contrataba cubanos afroamericanos con pieles brillantes.  


Aunque en las fotos mi suegro Joffre no se parece tanto al entonces-presidente Ronald Reagan (cuatro años mayor que mi suegro), en persona eran casi idénticos, al punto en que una vez en las calles de Miami un individuo le preguntó si no era el ex-presidente.  En consecuencia, a partir de entonces mi suegro trató de no transitar públicamente por Estados Unidos.


Joffre Etcheverry con Siomara Martín de Etcheverry y nuestra hija María Carolina
en 1977 disfrutando del Club Playa Azul, en Naiguatá - Venezuela


Desde Playa Caleta hasta Cayo Libertad en Varadero  (sin contar Cayo Buba) hay 22 kilómetros de playa con arena blanca como la nieve, donde uno puede caminar 100 metros mar adentro y el agua le llega a la rodilla.


Varadero era todo un paraíso, al menos para nosotros.  Uno de mis pasatiempos favoritos era montar en diminutas carretas tiradas por grandes chivos. 


Era tan, pero tan flaco, que mi abuela Carmelina, QEPD, me apodó "Rodilla de Chivo".  Un día el jardinero de "Los Chichos" me dijo que para engordar tenía que comer mucho pan untado de queso crema rociado con azúcar.  En efecto: ¡en las vacaciones de 1957 engordé varios kilos! 

Pero aquel verano, ya tarde en el mes de agosto, no doblamos a la derecha en Coliseo hacia Cárdenas.  Seguimos derecho pasando por Matanzas rumbo a La Habana, ciudad que yo particularmente detestaba, pero una de las capitales más importantes de la América hispana. 

En febrero de 2019, viendo en mi exilio de Miami el programa del cholito Bayly, me tocó escuchar a un verdadero imbécil asegurar que cuando el comunismo llegó a Cuba: La Habana era un pueblo.  


Lo cierto es que cuando subimos a Caracas desde el puerto de La Guaira en septiembre de 1961, mi madre sufrió una terrible crisis nerviosa al ver la evidente pobreza que reflejaban los "ranchitos" (las favelas) del llamado "cinturón de miseria", un espectáculo de esa magnitud jamás fue visto en ciudad o pueblo alguno de Cuba, al menos ANTES del comunismo. 


Favela de Caracas 

La Habana, antes del comunismo, tenía sus barrios de pobreza extrema entre los que se destacaba "El Barrio de Las Yaguas", sin embargo, significativamente de menor proporción al triste e infame "Cinturón de Pobreza" de Caracas el cual se fue incrementando luego de la caída de Marcos Pérez Jimenez.  Además, estos barrios cubanos no estaban expuesto a la vista pública como lo están los ranchitos que circunvalan vergonzantemente la capital de Venezuela, uno de los países más ricos del planeta.


Barrio De Las Yaguas en La Habana

Nuestro exilio en Venezuela está cargado de historias y anéctodas que proveerían material para publicar diez páginas como esta.

No fue hasta 1964, cuando nuestro padre fue ascendido a gerente general de Intervenca (empresa que comenzó instalando alarmas de fuego y robo en Caracas) con un sueldo mensual de Bs. 4,000 (unos US$ 230 al cambio de Bs. 4.30 x US$) que nuestro padre pudo comprarse un carro: ¡un VW del año 59!


Al cabo de los tres años renunció y montó su propia empresa.  Para 1969 tenía el capital suficiente como para darse y darnos unos cuantos lujos: ¡como el Toronado!

La familia, para entonces, había crecido.  Ahora, además de nuestros padres, mi hermano Ricardo, mi hermana María Conchita y "Chato": ¡había llegado "Nerón"!


Foto familiar en las Navidades de 1964

"El Venado"

El Toronado llegó justo el día en que me participó la naviera que llegaría: el 17 de agosto de 1970.  Pero venía con un "problemita técnico".  Entre los documentos de importación no se encontraba la factura original de compra debidamente traducida y sellada por el consulado de Venezuela en Miami: ¡horror! ¡Yo me quería morir!


Puerto de La Guaira en 1970

Estaba a punto de tener mi primer encuentro cercano (del primer tipo) con la connotada e histórica corrupción administrativa de Venezuela.  Después vendrían tantos encuentros que se me haría imposible relacionarlos todos en una sola página virtual de un blog, por muy larga que ésta sea.

En la mañana del 20 de agosto de 1970 mi baje con nuestro padre a la aduana del Puerto de La Guaira.  La ansiedad por ver a NUESTRO Toronado sano y salvo me estaba destruyendo el ánimo. No lo veía por ninguna parte.  Se suponía que estaría en el "Galpón X", pero ahí no estaba: ¿se lo habrían robado?

Luego trabajando en la "Distribuidora Rialón", empresa de importación de nuestro padre, me enteré de que en el proceso de ingresar mercancías en Venezuela uno puede ser víctima de la extorsión o de la matraca por varias vías.  Nuestros propios agentes aduanales son los primeros en martillar.  Hay que tener mucho cuidado con ellos porque éstos suelen inventar cualquier cantidad de "contratiempos".  Para agosto de 1970 nuestro padre conocía todas las modalidades de matraca.

Cuando nos dijeron que había un "problemita técnico" me quise morir, sin embargo: ¡nuestro padre ni se inmutó!

La Venezuela de 1970 se parecía mucho en materia de matraca a la Cuba anterior a La Revolución.  Trabajando con mi abuelo Don Alonso, quien importaba mercancía de Hong Kong, nuestro padre aprendió a "cometer" ciertas irregularidades en los documentos.  Aquellas "irregularidades" le permitía al vista de aduana aplicar sus martillazos.


Gral. José Miguel Gómez, alias "Tiburón"

A principios del siglo pasado hubo en Cuba un presidente llamado José Miguel Gómez quien venía de ser general de la Guerra de Independencia, a quien ya de presidente le llamaban "Tiburón", porque cuando "comía": ¡salpicaba!


Gerardo Machado y Morales, "El Mocho"

En 1925 llegó a la presidencia de Cuba un carnicero mocho quien logró el rango de general en la misma guerra de independencia donde luchó "El Tiburón": Gerardo Machado y Morales. Había nacido en Camajuaní que era prácticamente un suburbio de Santa Clara, ciudad en la que vivían mis antepasados por parte de padre.  Allí el Gral. Machado y mi bisabuelo Ricardo García (asturiano), hicieron buenas migas. 

Según mi abuelo Don José Alonso y Fernandez, Machado fue el mejor presidente que tuvo Cuba desde Don Tomás Estrada Palma quien fue el primer cubano en asumir ese cargo el 20 de mayo de 1902.


Machado comenzó su primer gobierno con la abundancia y luego le tocó gobernar en medio de la Gran Depresión, sin embargo logró culminar grandes obras como La Carretera Central y El Capitolio, inspirado en el de Washington.  Con una cúpula de casi 93 mt de altura (3 mts más que la de Washington) y un diámetro de 32 mt, se convirtió en su momento en la quinta cúpula más alta del mundo.

El primer gobierno del Gral. Machado fue excelente, pero en 1928 hizo como hiciera Hugo Chávez en diciembre de 2008: enmendar la constitución para buscar una reelección presidencial.  Machado se presentó como candidato en las elecciones de 1928 resultando ganador.  Un año más tarde fue castigado por la Gran Depresión y ya convertido en dictador: fue despojado del poder - ¡violentamente! - el 12 de agosto de 1933. 


Zar Nicolás II

Cuando el último zar de Rusia - Nicolás II - fue defenestrado el 15 de marzo de 1917, los bolcheviques que como buenos comunistas se apropian de todo y el resto lo destruyen, se adueñaron de las riquezas de la familia real entre las que se encontraba la corona imperial que estaba saturada de diamantes de altos kilates.


El diamante original en su sitial del Capitolio de La Habana

La historia no explica cómo un joyero turco llamado Issac Estefano se instaló en Cuba con uno de los diamantes de 25 kilates extraídos de la corona del Zar.  Golpeado por la terrible Gran Depresión, el turco se vio obligado a vender el diamante por un precio infinitamente inferior al que tenía.  Tampoco se sabe cómo la joya en cuestión fue a dar a manos del gobierno cubano y en 1929 fue instalada en El Capitolio para marcar el "Kilómetro Cero" de la entonces monumental "Carretera Central".  En Washington DC y frente a La Casa Blanca se hizo lo mismo: ¡pero sin diamantes!


Dr. Ramón Grau San Martín

En 1944 regresó a la presidencia de Cuba el Dr. Ramón Grau San Martín y en 1946: ¡el diamante del Capitolio desapareció misteriosamente!  Aquello fue un escándalo de marca mayor que generó no pocas jaranas.   "¿Quién se robó el diamante del Capitolio?", era la gran pregunta que el grueso de la población cubana se hacía.

Un año después el diamante apareció misteriosamente sobre el escritorio del mismo presidente Don Ramón Grau.   Se corrió en Cuba el rumor en cuanto a que el diamante fue encontrado por la señora que hacía la limpieza en el despacho presidencial. 


Grau San Martín tuvo, al igual que Luis Herrera Campins en Venezuela, su Vinicio Carrera llamado José Manuel Alemán

Siendo ministro de educación de Grau, se calcula que Alemán pudo haberse ido de Cuba con unos US$ 200 millones en su haber.  De la nada, José Manuel llegó a ser dueño de un central azucarero en Cuba, de la Línea Aeropostal Cubana, de cuantiosas extensiones de terreno en La Habana y entre muchas otras propiedades: del club de béisbol "Los Tigres de Marianao". 


"La Costa de Oro de Miami Beach" (South Beach)

Unos 1,500 empleados - distribuidos en decenas de oficinas - administraban sus bienes solamente en Miami donde era dueño del Cayo Vizcaíno y del estadio de la ciudad, el más bello en su momento en todo Estados Unidos; de numerosos edificios de apartamentos, de no pocos hoteles y de manzanas enteras en la llamada Costa de Oro de Miami Beach (South Beach), a lo que se le añadía una casa colonial - "Il Mio Castello" - de dos cuerpos, paredes de cantería y pisos de mármol enclavada en un área de dos manzanas con muelles y fondeadores propios para yates de travesía: ¡una de las  posesiones más codiciadas y mejores de la playa!

Pero murió joven el 24 de abril de 1950 a los 45 años producto del Mal de Hodkin.  Fue el caso más sorprendente de enriquecimiento súbito que registra la historia de Cuba.  A su lado, Vinicio Carrera parecía un niño explorador.

Durante el gobierno de Grau San Martín hubo un enorme enfrentamiento callejero a tiros entre dos bandas de gángsteres.  Se requería la intervención inmediata del presidente de la república.  Cuando le fueron a avisar a Grau de los acontecimientos en pleno desarrollo para que tomara cartas en el asunto, éste alegó estar aquejado de catarro y no le prestó atención hasta que las dos bandas habían sufrido grandes bajas.


Hugo Chávez en febrero de 1992

En 1970, cuando NUESTRO Toronado llegó al puerto de La Guaira, nuestro padre me comentó que por la vía de corrupción que iba la Venezuela de entonces, aparecería un personaje que ofrecería poner orden y nuestra patria adoptiva terminaría como nuestra Cuba natal.  Nuestro padre, en agosto de aquel año se estaba adelantando a los acontecimientos del 4 de febrero de 1992 cuando los venezolanos supieron de la existencia de Hugo Rafael Chávez Frías: el "salvador" que nuestro padre había pronosticado 22 años antes.


El Presidente Donald Trump en 2020

Cuando en 1994 Rafael Caldera llegó a Miraflores por segunda vez, le dije a mi familia que la mal-llevada democracia venezolana tenía sus días contados.  En 2004 me vi obligado a exiliarme una vez más.  En esa oportunidad me tocó hacerlo en Estados Unidos.  El deterioro que vi en la Venezuela de 1994 no se comparaba – ¡para nada! – con lo que llegué a ver en mi segunda patria adoptiva: ¡y así se lo hice saber en una carta pública - fechada el 18 de julio de 2020 - al entonces presidente Donald Trump.

INTENTO DE ATENTADO CONTRA EL PRESIDENTE MACHADO


Palacio Presidencial de Cuba - Hoy convertido en "El Museo de La Revolucion"

El General Machado sobrevivió a varios atentados, como la bomba colocada en el Palacio Presidencial (hoy convertido en El Museo de la Revolución) en 1931.  Sin embargo, el más macabro de las conspiraciones terrorista llevadas a cabo en Cuba fue la ejecutada por el grupo de estudiantes que pertenecían a una organización extremista llamada "ABC".


Se decía que el único machadista honesto y querido por la inmensa mayoría de los cubanos era un tal Clemente Vázquez Bello, quien para 1932 fungía como presidente del Senado y era uno de los presidenciables.

El 28 de septiembre de 1932 los abecedarios (miembros del grupo estudiantil "ABC"), completaron con éxito la primera fase del plan para eliminar al presidente Machado ya convertido en dictador: ¡asesinar al Senador Vázquez Bello.  


Cementerio de La Habana donde sepultado Clemente Vázquez Bello

Machado y Vázquez (18 años menor que el primero), se conocieron en Santa Clara, ciudad donde ambos residían.  Fue un funcionario clave en los dos gobiernos del Gral. Machado.  Los abecedarios supusieron que eliminando a Vázquez, éste sería enterrado en el cementerio de La Habana, a cuyo sepelio acudirían Machado y todos sus ministros. En tal sentido, los estudiantes del ABC previamente sembraron dinamita en el sector donde se suponía sería sepultado Vázquez, con la intención de eliminar al presidente junto a toda su plana mayor.


Película de Hollywood (1949) sobre el atentado de 1932

Pero los abecedarios no contaron con la mano invisible del destino y a última hora la familia de Vázquez decidió sepultarlo en el panteón familiar en Santa Clara, a 280 km de distancia de la capital cubana.


Matanza de San Valentin del 14 de febrero de 1929

El mismo día del asesinato del Senador Vázquez, Machado llevó a cabo una razia vengativa al estilo de "La Matanza de San Valentín", modificándole la salud a unos cuantos connotados opositores de su gobierno, incluyendo a tres hermanos de apellido Freyre de Andrade.  El representante (diputado) Miguel Ángel Aguiar recibió cuatro balazos calibre .45: ¡sobreviviendo milagrosamente!


El Presidio Modelo del Presidente Machado

Presintiendo que muy pronto tendría que detener a muchos detractores, Machado mandó a construir una inmensa cárcel en la Isla de Pino (hoy Isla de la Juventud) llamado "El Presidio Modelo" con una capacidad para 500 reos.  Cuando le preguntarón por qué había mandado a construir una prisión tan inmensa, Machado respondió: "... porque algún día vendrá un loco que la llenará completamente..."  Ese loco resultó ser - unos veinte y tantos años después: ¡Fidel Castro!


El propio Castro sería "inquilino" del Presidio Modelo tras su participación - ¡desde lejos! - en el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.  En él morirían cientos de detenidos y condenados por el régimen comunista que se adueñaría de Cuba casi 26 años después del derrocamiento de Machado.

Al presidente Gerardo Machado se le atribuye la siguiente sentencia: "Después de mí... ¡el caos!"

Leonor Ferreira
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En 2006 tuve el inmenso honor y satisfacción de conocer y departir por muchas horas con Leonor Ferreira - "La Abuela del Exilio" - quien para entonces tenía 92 años, habiendo nacido en 1914.

A la edad de 14 años, justo cuando el entonces-presidente Machado se había vuelto dictador, Leonor tenía 14 años y ya pertenecía al ABC.  Fue involucrada en planes subversivos y condenada a prisión, convirtiéndose - históricamente - en la prisionera política más jóven de Cuba. 

Debido a su edad, el presidente Machado aceptó que la madre de Leonor la acompañara permanentemente en su celda.  Al cabo de varios años fue liberada y participó en el plan del atentado con dinamita de 1932.  Cuando la conocí en Miami, era la única sobreviviente de aquel fallido plan subversivo.


Leonor murió en su exilio de Miami en 2019: ¡a la edad de 105 años!  Su mayor satisfacción, según ella, fue sobrevivir para ver morir a La Bestia (Fidel Castro Ruz), el 25 de noviembre de 2016.  Tres años más tarde moriría ella.

Desiderio - "Desi" - Arnaz III


Desi Arnaz terminó siendo uno de los grandes monstruos de la televisión estadounidense y mundial.  Llegó a Cuba exiliado en el año 1933 debido a que su padre fue alcalde en el gobierno de Machado de la ciudad de Santiago de Cuba, la más importante de la isla.

Como exiliado y a la edad de 16 años tuvo que emplearse en diversos trabajos, entre los que se encontraba la limpieza de jaulas de canarios.  Su padre logró salir de Cuba poco después y con la ayuda de Machado (quien ya se encontraba en Miami), logró comenzar un negocio de tejas viejas que extraían sus empleados de viejas casas cubanas.  Esas tejas españolas, muchas de las cuales habían sido traída de la España imperial, causaron sensación en La Florida.


Mar-a-Lago fue una de las grandes mansiones que ya terminada su construcción en 1927, incorporó a sus techos muchas de las tejas españolas que el padre de Desi había importado a Estados Unidos desde la isla de Cuba. 


Desi ideó el uso de tres cámaras de película para inmortalizar muchas series de la televisión "americana", entre las cuales conocemos a "I Love Lucy", la que desde el primer día de su transmisión hasta hoy (74 años más tarde), jamás ha salido del aire.

En la aduana del Puerto de La Guaira en agosto de 1970 galopaba la corrupción a toda velocidad.  El jefe de aduana para entonces era un individuo marcadamente mestizo de apellido Alvarado: alto, flaco y encorvado, con una inmensa verruga en el lado izquierdo de su achatada nariz.  De habérmelo encontrado en un callejón solitario pasada la medianoche de cualquier día en cualquier lugar: ¡hubiera buscado refugio!


Gallina Vs. Loro

No habían pasado 10 minutos de nuestra presencia en la aduana marítima del Litoral Central cuando se apareció Alvarado - alias "El Venado" - con una comitiva de unos cinco "asistentes".  Era evidente que "El Venado" no trabajaba solo.  Era más parecido a un tiburón, porque cuando comía, debía salpicar... algo extaño ya que Alvarado era funcionario del gobierno de Rafael Caldera y se decía que los copeyanos (del partido COPEI) comían como las gallinas: ellos solos.   Por otro lado, los adecos (del partido Acción Democrática), comían como los loros, es decir: comían y dejaban que otros comieran.  Era muy posible que "El Venado" tuviera una manera muy particular y personal de comer y muy pronto lo averiguaríamos.

Como el clásico matraquero, "El Venado" comenzó poniendo el escenario extremadamente difícil.  Cada vez que mencionaba una "dificultad", se me apachurraba el hígado, mientras que nuestro padre se notaba fresco como una lechuga.  Llegó a comentar que El Toronado podría ser devuelto a Miami, con todo lo que ese teje-maneje significaría en términos de pesos y centavos.  

Su comitiva afirmaba con expresiones corporales y faciales cada comentario del "Venado".  Luego de enumerar todos los posibles inconvenientes: ¡"El Venado" por fin saltó!

"Sr. Alonso" - acotó "El Venado" con voz profunda y preocupada - "todo esto puede resolverse con una multa de Bs. 2,150" (US$ 500 al cambio).   "¿Bs. 2,150?" me pregunté calladamente.  Aquel personaje sacado de una novela radial de "Los Tres Villalobos", estaba cobrando más que lo que nos costó el flete del carro de Miami a La Guaria.

Me sorprendió ver que nuestro padre traía en su bolsillo un puñado de billetes de alta denominación que excedían los Bs. 2,150.  Cuando "El Venado" vio aquel manojo de reales, se atrevió a decir: "claro, Sr. Alonso, que si Ud. contemplara una propinita para los muchachos aquí presentes no les caería mal..."  Total que la dolorosa terminó en Bs. 5,000 que era lo que nuestro padre traía encima y estaba considerando pagar por la tradicional matraca o mordida.

Debido a que mi progenitor tenía negocios de importación y como el abuelo Don José importaba a Cuba materia prima de Hong Kong, él lo hacía desde Venezuela; a partir de la importación del Toronado cada vez que llegaba un embarque de China al Puerto de La Guaira, le echaba una llamadita al "Venado", quien siempre recibía su regalito.


Ratán tejido para muebles

Vale aquí darle un crédito a los chinos de La Man Chong Rattan de Hong Kong y a su fundador; el Sr. Yem Ming.  


Mr. Yem Ming, fundador de Man Chong Rattan


Man Chong Rattan de Hong Kong

Cuando nuestro abuelo comenzó la importación en Cuba de ratán en 1920, los chinos le mandaban la materia prima y Don José la tejía en lo que llamábamos esterillas. Llegó a tener la mayor fábrica de esterillas en el continente americano.  Su primera fábrica estaba cerca del Puerto de Cienfuegos.  La empresa ferroviaria le había desviado una línea que atravesaba la fábrica, la que en 1930 fue totalmente destruida por un fuego que se produjo en un galpón adyacente, aunque muchos alegaron que fueron los subversivos anti-machadistas quienes le quemaron la fábrica a sabiendas de que la familia de su suegro (nuestro bisabuelo Don Ricardo García) era afecto al régimen y amigo del entonces presidente convertido en dictador.


Foto del fuego que acabó con la fábrica del abuelo el 15 de febrero de 1930

El siniestro sumió a Don José en una terrible depresión.  Para entonces ya tenía sus tres hijos: José Manuel (de 15 años), Armando (de 13) y nuestro padre Ricardo de 11.  


El Abuelo sentado en una silla de ratán hecha en su 1ra fábrica.
Con él sus 3 hijos: José Manuel, Armando & Ricardo

El incendio llevó al abuelo al hospital con una crisis de nervio.  El médico que lo trató en El Sanatorio de la Colonia Española en Cienfuegos le hizo tragar un algodón amarrado a un hilo y al día siguiente, al ver que el algodón mostraba rastros de sangre: le diagnosticó una úlcera péptica


Departamento de urología del Sanatorio de la Colonia Española en Cienfuegos
En él nacimos mis hermanos y yo.  Hasta 1960, nuestro padre pagaba 3 pesos cubanos mensuales por nuestra familia de 5 miembros, teniendo todos los servicios médicos: ¡incluyendo medicinas!

Aquel médico le recomendó que para curar su úlcera solamente comiera pollo hervido acompañado de legumbres y papas también hervidas, pudiendo salirse de esa estricta dieta un día a la semana, en el que podía comer arroz con pollo con ensalada y una copita de vino tinto.  Don José murió en agosto de 1975 y hasta el día de su muerte a los 94 años le cumplió la recomendación a aquel médico del sanatorio español, solo que un día antes de morir le pidió a la abuela Carmelina, QEPD, que le diera un par de huevos fritos con un trozo de yuca hervida.  Hacía 45 años que Don José no probaba ambos alimentos.


Ambulancia del Sanatorio de la Colonia Española 
similar a la que trasladó al abuelo en 1930

Para curarse la depresión Don José regresó a la aldea Villaperez, hoy parte de Oviedo, España, ciudad de la cual provienen los atepasados de José Ovidio Rodríguez Cuestas, mejor conocido en Venezuela por su seudónimo artístico: Napoleón Bravo.


No fue hasta 1972 que el hijo menor  de Don José, nuestro padre y dos de sus nietos viajaron a España a conocer a la familia Alonso original.  Ahí corroboramos la influencia de los genes.  Una de las bisnietas de la hermana de Don José parecía la gemela de mi hermana María Conchita.  La estadía en Villapérez duró una semana, al cabo de la cual viajamos a Berlín donde mi hermana entregaría la corona como Miss Princecita Mundial.


Don Alonso, para superar la pobreza de su familia, se convirtió en seminarista.  Antes de ordenarse sacerdote el seminario le otorgó un año sabático que él lo comenzó a cumplir en la Cuba recién independizada de la corona española,  hacia donde su hermano menor, Benjamín, había huido años antes luego de darle muerte en un duelo al marido de su amante.  Se había cambiado de nombre y vivía en la ciudad de Santa Clara. 


Barriles como los empleados para exportar vino desde España a Las Américas

El primer trabajo de Don José en Cuba fue en la ciudad de Santa Clara, en un almacén de un paisano asturiano que importaba víveres y vinos de España.  Ahí el propietario bautizaba el vino que venía en grandes garrafas, es decir, le echaba agua para incrementar su volumen.  Ese vino bautizado era vuelto a bautizar (¿confirmar?) por el cliente que lo vendía al detal en su bodega o fonda.


Aniversario de bodas de Don José y la Abuela Carmelina, QEPD
en el exilio de Caracas - 1974

Una tarde en Santa Clara en un descuido al bajarse de un carruaje tirado por caballos, la Abuela Carmelina, QEPD, mostró una de sus pantorrillas.  El abuelo se percató de ella y desde ese día no pudo pensar más que en quien sería su esposa hasta su muerte: la madre de sus tres hijos y abuela de sus siete nietos.  


La Abuela Carmelina, QEPD, a sus 20 años

El abuelo jamás regresó al seminario aunque siempre fue extremadamente católico-practicante.   En 1970 recibió los Santos Olios cuyo rito recuerda la consagración del Espíritu Santo: su acción y su fuerza. Sus raíces se remontan al Antiguo Testamento cuando los reyes y los profetas eran consagrados con aceite.  Este sacramento se emplea - entre en otras ocasiones - para la unción de los enfermos graves y de los que se suponen están a punto de morir o en peligro de muerte.  El aceite que no se usa durante el año anterior a la próxima Misa Crismal se entierra o se quema.  El abuelo se vino a morir cinco años más tarde de su "consagración". 

El padre de la Abuela Carmelina, QEPD, era un potentado en Santa Clara.  Había llegado a la Cuba colonial desde Asturias y en la Guerra de Independencia fue nombrado teniente del ejército español y director de la prisión de Santa Clara.  Al terminar el conflicto bélico pudo salvar su vida porque había dejado escapar de la prisión a muchos prisioneros cubanos que luchaban en contra del imperio español.


La Abuela Carmelina, QEPD, guardando luto por la muerte de su padre Don Ricardo García

Un día Don José le ofreció sus servicios como contador a su suegro y éste le respondió que él no quería saber cuánto ganaba: "para poder dormir tranquilo todas las noche" (sic).  


"La Manzana García" en Santa Clara, donde el bisabuelo
Ricardo García tenía sus locales para alquilar

Al morir Don Ricardo dejó más de 100 casas y una docena de locales comerciales.  En uno de esos locales funcionaba en alquiler una barbería.  Durante La Gran Depresión el barbero, que pagaba de alquiler un real (10 centavos) mensualmente, solía retrasarse en sus pagos.


Don José de novio de la Abuela Carmelina, QEPD, con una chaperona designada

Doña María Peláez, viuda de García - Abuelita Doña Maríaera todo un personaje.  Murió en Santa Clara en 1961.  La Abuela Carmelina, QEPD, salió a ella.  Guardó luto por Don Ricardo vistiendo de negro  desde el día en que murió su esposo hasta el día en que murió ella.


Abuelita Doña María a sus 90 años

Un día - cuenta nuestra abuela - le llegó a su mamá una señora de servicio (criada) de un vecino a pedirle cien centenos (100 pesos cubanos) para decirle con quién estaba saliendo su marido Don RicardoAbuelita Doña María se levantó, fue a su cuarto y regresó con doscientos centenos y le dijo a su "informante": "Aquí tienes 200 centenos: ¡para que no me lo digas!"


Carmelina (en el centro) a sus 86 con dos de sus hermanas sobrevivientes en 1977

Doña María, para la época, instruyó perfectamente bien a sus cinco hijas.  Una tarde las sentó a todas y les dijo: "cuando Uds. estén de novia, abran bien sus ojos y cierren bien sus piernas.  Desde el momento en que se casen, cierren bien sus ojos: ¡y abran bien sus piernas!"

La Casona de los García en la Calle Cuba de Santa Clara era el punto de reunión todos 24 de diciembre de los descendientes de Doña María Peláez y de Don Ricardo García que estaban disgregado por toda la isla, tradición que duró hasta que llegó La Revolución desintegrándonos a todos.


Los descendientes de los García-Peláez para el año 1946
Doña María (22), Don José (5), Carmelina (20), nuestro padre (6) y nuestra madre (7)

La Casona de Los García (como se le conocía en Santa Clara), fue inmortalizada en 1969 por mi tío-padrino Armando en su exilio de Gainesville, Florida, bajo el título "La Casa de los Abuelos".
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Abuelita Doña María era muy devota.  En la Iglesia Divina Pastora, a pocos metros de la casona, nuestra bisabuela tenía un reclinatorio personal privado.


Iglesia Divina Pastora de Santa Clara

Ahí, en 1956 le celebramos a Doña María sus 90 años de vida.  Había nacido en la Santa Clara española en 1866, dos años antes de que comenzara la primera guerra en busca de la independencia de nuestra madre patria.  


Fue, junto con su esposo - Don Ricardo - íntima amiga del Gral. Gerardo Machado. A raíz del Machadato (el derrocamiento de Machado), el 12 de agosto de 1933, la turba se dio a la tarea de saquear todas las propiedades de los machadistas e, incluso, arrastrarlos hasta la muerte atados a los carros.  Ese mismo día un alborotado gritó: "¡A la Casona García!"  Nuestro padre, que estaba escuchando a los revoltosos, salió corriendo a la casa de sus abuelos para alertarlos.  Gracias a él aquellos enajenados no pudieron entrar porque Don Ricardo puso la tranca en la puerta que recibió varios machetazos. 

Es de hacer notar que los García no eran ni fueron funcionarios de los gobiernos del Gral. Machado, sin embargo, Santa Clara conocía de la gran amistad entre nuestros bisabuelo y Machado.  

Recuerdo que había dos cosas que me asombraban inmensamente cada vez que visitaba La Casona García.  La primera: ¡los machetazos en la puerta!  La segunda: escuchar, de boca de la Abuelita Doña María, la historia verídica de El Burro Perico!

El famoso e histórico Burro Perico de Santa Clara

El Burro Perico

Contaba nuestra bisabuela que en los primeros años del pasado siglo XX, un burro apodado Perico, rondaba por las calles centrales de Santa Clara.  Según la historia, Perico solía tocar las puertas de las casonas pidiendo agua y pan.  Doña María, que se pasaba el día atendiendo los aldabonazos de los mendigos a quienes les daba siempre algo, también atendía las peticiones de Perico.


Perico halando el carretón de Don Bienvenido

Se decía que Perico había halado el carretón de un español conocido como Don Bienvenido, quien al prosperar (como prosperaba la mayoría de los españoles en Cuba), se compró un camión y le dio la libertad a su burro.  Fue entonces cuando Perico decidió deambular por Santa Clara: al amparo de los pilongos.


Estatua del Burro Perico en el Parque Vidal de Santa Clara donde solía pasar sus noches

Perico murió el 26 de febrero de 1947.  Su duelo fue despedido por un senador de la república; muchísimos villaclareños le llevaron flores a su tumba y hasta el The New York Times publicó la noticia de su vida, fallecimiento y funeral.  Una estatua del famoso burro se encuentre en la bella ciudad de Santa Clara, capital de la provincia de Las Villas.


Comenzando la década de los 20's, Don José se mudó con su familia para Cienfuegos, a unos 70 kms de Santa Clara, donde se estableció hasta el día en que decidió abandonar Cuba en 1965, muriendo en su exilio de Venezuela 10 años más tarde.

Luego de un año en España Don José regresó a Cuba y se colocó como contador y administrador de la Casa Castaño para independizarse y montar una nueva fábrica de rejillas con la ayuda de los chinos de la Man Chong Rattan.  Cuando nuestro padre se despidió de Cuba, en el año 2000, visitó en Cienfuegos lo que fue la fábrica de Don José que estaba convertida en un depósito de cachivaches.


Salimos de Cuba con US$ 50 que nuestra madre ocultó en el doble forro de su cartera.  Estando nuestro padre trabajando en Caracas para el Sr. Kopel, en Intervenca, se le dio la oportunidad de abrirse por su cuenta y le escribió una carta a los chinos de Hong Kong pidiéndole un crédito para importar unos 10 fardos de rejillas.

¡Al cabo de varias semanas los chinos le mandaron 100 fardos!  De inmediato nuestro padre le envió un telegrama a la Man Chong Rattan poniendo a los chinos al tanto del terrible error.   La empresa asiática le respondió que no era error alguno y que sabían que nuestro padre muy pronto los colocaría en el mercado venezolano. 

Para poder sacar los fardos de rejillas nuestro padre pidió hablar con el Sr. De Lucas, gerente del Banco Nacional de Descuento (BND) donde él había abierto una pequeña cuenta de ahorros.  Necesitaba Bs. 5,000 para poder sacar las rejillas de la aduana y transportarla a Caracas.  Increíblemente, el Sr. De Lucas le otorgó el crédito.


Silla de rattan y junco

Salimos, nuestro padre y yo, a vender la rejilla por todos los timbiriches de artesanos portugueses que fabricaban muebles con "rattan" de plástico.  Nuestro padre les fue enseñando cómo se utilizaban las rejillas de rattan verdadero y al cabo de unos meses teníamos conquistado un mercado.

Nuestro padre logró un crédito con los chinos y puntualmente le envió el primer pago que la Man Chong Rattan devolvió alegando que un hijo de Don José tendría que ser tan cumplido como su padre y le dijeron que le pagara cuando ordenara el siguiente lote.  Ese fue el inicio de las vacas gordas para la familia Alonso-Bustillo en su exilio de Venezuela.   Don Alonso solía decir: "Si los pillos supieran la ventaja de ser honestos, serían honestos...¡por pillos!"


Hong Kong

En 1976 los bisnietos de los chinos originales que hacían negocio con Don José llegaron de vacaciones a Caracas y nos contactaron.  Conocieron al abuelo y, por supuesto, a nuestro padre.  Siomi y yo estábamos por casarnos en unas semanas y los invitamos a la boda, a la cual no pudieron asistir porque tenían que seguir viaje a la Argentina, donde tenían negocios.  Sin embargo, nos ofrecieron que pasáramos nuestra Luna de Miel en Hong Kong en el velero familiar de 80 mts de eslora, cuya mesa del comedor tenía puestos para 15 comenzales.  Tuvimos que declinar la oferta porque ya teníamos los planes hechos y pagados.


Nuestra Luna de Miel en octubre de 1974

Los Caicos de Carora

Después de La Revolución Castrista se acabó la corrupción aduanera en Cuba: ¡porque ya no se podía importar absolutamente nada!  En Venezuela la corrupción fue en aumento y a raíz de La Revolución Bolivariana se elevó a niveles inimaginables. 


En 2017 importé en EE.UU. desde Venezuela un cargamento de caicos de Caroca (Edo. Lara) para emplearlos en nuestra nueva adquirida vivienda y entre los "gastos de importación" tenía contemplada la matraca.


En efecto.  Una vez introducida y sellada la carga en un contenedor de 40', estando toda la documentación en regla, vinieron tres guardias nacionales, reventaron el sello y ordenaron sacar todos los caicos para inspeccionar el contenedor, a menos que... ¡tú sabes!

Según mi agente aduanal, entre lo que matraquearon el vista de aduana y los guardias nacionales, el tanganazo superó el costo de los caicos más el flete hasta el puerto de Fort Lauderdale, en Florida.  No podría asegurar si en esa cuenta por la izquierda, se incluyó algo pa'mi agente aduanal.  Sin embargo, al final de todo ese periculum, de todas formas los caicos me salieron muchísimo más económicos que si hubiera comprado los caicos mexicanos que se ofrecían en el mercado floridiano.


"Serendípity" en 2018

El Toronado en Caracas
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El primer Ford T de color negro que llegó a Cienfuegos en 1910 fue importado por Don Nicolás Castaño, abuelo de nuestra tía política, "Maíta".  Entonces todos los modelos "T" (que en Cuba les llamaban "Tres Patás") eran de color negro.  Un día - según nos contó nuestro abuelo-  un periodista le preguntó al Sr. Henry Ford si se podía pedir un Ford T de otro color  que no fuese el negro y Mr. Ford respondió:  "¡Seguro que sí!  Ud. puede pedir que le vendan un Modelo T de cualquier color... ¡con tal de que ese color sea el negro!"


El Rey Fernando VII

Don Castaño sacó personalmente su carro del puerto de Cienfuegos y todo el pueblo le cayó detrás.  Según el periódico "El Comercio", fue el mayor acontecimiento de la ciudad desde su fundación por los pioneros franceses el 22 de abril de 1819 bajo el nombre de Fernardina de Jagua en honor al entonces rey español Fernando VII, un soberano quien - según el abuelo - tenía una cara de imbécil muy bien administrada.

El arribo de nuestro Toronado a la urbanización El Bosque de Caracas - guardando la distancia - fue algo parecido.  Nuestros vecinos jamás habían visto un automóvil así.  Ahora habría tres Toronados en Venezuela: el de Gilbertico Correa, el del Musiú Lacavalerie: ¡y el nuestro!


Toronado de 1967

El del Musiú era del año 67.  El de Gilberto del año 68 y el nuestro: ¡del año 69.  El modelo del 70 se parecería mucho al nuestro, pero con líneas más "conservadoras".


Toronado de 1970


Toronado de 1969


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